Uno de los grupos más singulares de todos los procelariformes es el de los llamados petreles buceadores, de la familia de los Pelecanoídidos (Pelecanoididae), compuesta por cinco especies propias del hemisferio meridional. Las especies, todas ellas pertenecientes al género Pelecanoides, ofrecen un clásico ejemplo de convergencia evolutiva, fenómeno gracias al cual especies de hábitos semejantes acaban pareciéndose "físicamente" por el hecho de actuar sobre ellas el mismo tipo de presión selectiva.
La semejanza existente entre los Pelecanoides y los Álcidos —como, por ejemplo, el mérgulo marino (Plautus alie)— afecta incluso al comportamiento: en ambos casos su vuelo es rápido y "vibrado", y para avanzar debajo del agua, lo hacen con las alas semi-abiertas. Con todo, los petreles buceadores presentan, en conjunto, costumbres bastante parecidas a las de los restantes procelariformes. Su nido es una "madriguera", que la pareja excava en terrenos bastante blandos, donde pone un único huevo.
El hecho de que estas aves no aniden en los terrenos rocosos limita de manera bastante definitiva su distribución, pues sólo encuentran terreno apto para la reproducción allí donde el suelo es propicio. Hay dos especies que llegan hasta Georgia del Sur y la isla de Herald, mucho más allá de la convergencia antartica: Pelecanoides georgicus y P. urinatrix.
Ésta última, denominada petrel buceador común, es la especie de más amplia difusión y anida también a todo lo largo de la franja oceánica preboreal, en islas como las Falkland, Tristan de Cunha y otras, hasta las zonas meridionales de Australia y Nueva Zelanda. Una tercera especie, P. exulsi, anida en el sur del Océano índico, en las islas Kerguelen y Crozet, así como en algunos islotes junto a las costas de Nueva Zelanda. Los archipiélagos escasamente explorados de la Tierra del Fuego y las zonas oceánicas limítrofes de América del Sur albergan al petrel buceador de Magallanes (P. magellani) que muestra una coloración blanca y negra mucho más "brillante" que la de sus congéneres.
Que son los Petreles buceadores
Las dimensiones de las especies citadas hasta aquí giran en torno a los 16 cm de longitud, mientras que la especie más conocida, el petrel buceador peruano, (P. garnotii), que anida en las islas del guano, frente a las costas peruanas y chilenas, supera los 26 cm. Con todo, esta especie parece actualmente mucho menos numerosa que en épocas pasadas, pues la extracción del guano la privó del "terreno" donde excavar el nido.
Si hubo un tiempo en que fue considerada como ave suministradora de guano, en la actualidad ha dejado de serlo y no se excluye que llegue a extinguirse. Los petreles buceadores se alimentan de crustáceos incluso planctónicos, pero no hay duda que en determinadas ocasiones, y de forma regular para la especie P. garnotii, la alimentación está constituida por los peces que en bancos numerosos frecuentan las frías corrientes de los océanos meridionales, como es el caso de los boquerones de la corriente de Humboldt.
La intensa pesca que actualmente se practica en las aguas sudamericanas del Pacífico ha mermado extraordinariamente las reservas de peces que en otros tiempos consumían estos pájaros, lo que ha hecho disminuir la reproducción y, con ella, la producción de guano.
Pese a que en el transcurso de la muda pierden a la vez todas las plumas remeras, impidiéndoles con ello el vuelo durante un tiempo, los petreles buceadores continúan alimentándose con igual eficacia que cuando funcionaban sus alas. Esta observación hizo pensar a George Gaylor Simpson que los Pelecanoides podían explicarnos de qué modo habían evolucionado los pájaros bobos a partir de sus antepasados voladores: tan pronto como la selección natural "descubrió" que era posible pescar bajo el agua sin las plumas remeras, favoreció la transformación de las alas en "remos".
La pintada crestada (Guttera edouardi), identifícable por el penacho de plumas negras y rizadas que ostenta en lo más alto de la cabeza, es extremadamente afín a las especies del género Numida, aunque difiere de ellas por la ornamentación de la cabeza. Es una especie típica de bosque y parece que es menos abundante que las demás pintadas en su habitat, que comprende desde el Valle del Rift hasta el Zambeze.
La pintada plumosa (Guttera plumífera) destaca por algunas de sus características peculiares, como el penacho de plumas rígidas que mantiene erguidas en la cabeza. En Kenia vive Guttera pucherani, que tiene desnuda la piel del cuello y la que rodea los ojos de color rojo, mientras que las restantes partes del cuello y de la cabeza son azul cobalto; frecuenta las zonas cubiertas de matorrales. Una de las pintadas más raras es la de pecho blanco (Agelastes meleagrides) de Ghana y Liberia, que muestra la cabeza de color rojo y completamente desnuda. La más pequeña de la familia es la pintada negra (Agelastes niger), propia de los bosques vírgenes de Guinea; se la conoce por sus costumbres retraídas y parece que no es gregaria, contrariamente a lo que ocurre en la mayoría de las especies.
El macho es seguido como máximo por un par de hembras. La pintada más elegante y que más se aparta del esquema general de la familia es, indudablemente, la llamada pintada vulturina (Ácryllium vulturinum) de Kenia y Somalia, que tiene desnuda la piel de la cabeza y gris-azul la del cuello, una franja de plumas cortas y suaves de color castaño en la nuca y el pecho y abdomen de color cobalto. Una gorguera de plumas puntiagudas y negras con el cálamo blanco, orladas de azul cobalto, baja desde su cuello y se extiende sobre su lomo confiriéndole al animal un aspecto grácil e imponente a un tiempo. El resto del plumaje es negro con manchas blancas; la cola consta de 16 plumas timoneras, con el par central más largo y puntiagudo.
Esta especie vive en pequeños grupos en los márgenes del desierto, en las tierras rojas y áridas con escasos matojos, ambiente donde falta el agua durante meses enteros, lo que condiciona que los únicos "recursos hídricos" existentes sean las pocas gotas de rocío que se condensan durante la noche sobre la escasa vegetación. Todas las pintadas son omnívoras y se alimentan de insectos así como de vegetales de todo tipo, desde semillas a hojas, bulbos y yemas.
Como una gran parte de su alimento lo consiguen escarbando en la tierra, cuando se les presenta la ocasión picotean también moluscos y algún que otro pequeño vertebrado. Una característica de los Numídidos es que ponen entre 10 y 20 huevos por nidada, que depositan en un hoyo excavado en tierra.
Su temperamento retraído y el habitat que frecuentan, muy poco favorable para la investigación, todavía no han permitido descubrir en la naturaleza el nido o los huevos puestos por las especies del género Agelastes, que no se han reproducido nunca en cautividad. Las especies que viven en terrenos más abiertos, salvo durante el período reproductivo, son altamente gregarias, aun cuando es un hecho que todavía no se ha estudiado a fondo ninguna pintada en su habitat natural.