La familia de los Euripígidos es monotípica y comprende únicamente el ave sol (Eurypyga helias), llamada también garza del sol. Mide unos 45 cm de longitud, y tiene el cuello largo y fino y un suave plumaje blanco, negro, gris y tostado, con un delicado dibujo a base de manchas y jaspeados.
Es una especie típicamente solitaria, que se encuentra desde el sur de México hasta Bolivia y el centro del Brasil. Vive solitaria o en parejas a lo largo de los ríos que atraviesan los bosques, a veces a más de mil metros sobre el nivel del mar.
Con marcha lenta y acompasada se mueve a lo largo de las orillas fangosas de los ríos remansados y entre los riscos de los torrentes de montaña para ir en busca del alimento, consistente en insectos, pequeños crustáceos y pececi-llos que ensarta con el pico de un rápido movimiento. En caso de peligro, levanta el vuelo y se cobija entre los árboles.
Como es la búsqueda del alimento de las aves
Durante los cortejos, y también cuando adopta posturas amenazadoras, baja la parte anterior del cuerpo y mantiene alta la cabeza al mismo tiempo que, con sus alas desplegadas, forma una especie de semicírculo con el que muestra sus plumas de color castaño y anaranjado.
Levanta, además, la cola y emite roncas vocalizaciones. Acostumbra construir el nido en lo alto de un árbol o de una mata: la estructura del mismo es más o menos esférica, con un diámetro de unos 30 cm, y está constituido por hojas marchitas, raíces, hierbas y fango.
En la cima de esta masa un tanto voluminosa hay un pequeño hoyo revestido de hojas verdes en el que pone dos huevos, que empollará durante un período aproximado de 23 días. Resulta extraño que las crías del ave sol, pese a ser por su aspecto polluelos precoces, tienen durante un cierto tiempo necesidad de los cuidados de sus padres.
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