Una de las principales características de la familia de los Gruidos es su "danza", que en ocasiones adquiere todos los visos de verdadera danza nupcial, sobre todo cuando los machos, después de aislarse del grupo, lanzan gritos para atraer con ellos a la posible compañera. Si ésta acude, los dos se colocan frente a frente, erguidos e inmóviles, hasta que el macho, como para intentar un abrazo, abre sus alas.
En ese momento la hembra huye, seguida por su compañero, que da largos y solemnes pasos tras ella, aunque manteniendo alta la cabeza y las plumas pegadas al cuerpo.
En el segundo encuentro el macho inicia la danza propiamente dicha, exhibiéndose mediante evoluciones, reverencias y saltos de unos cuantos metros; a continuación recoge briznas de hierba y ramitas que ofrece a su compañera o somete a su observación, lanzándolos después al aire para recogerlos nuevamente al vuelo.
Esta danza puede repetirse varias veces. Por supuesto que el material utilizado para construir el nido procede de la vegetación de un estanque, en cuyas proximidades tendrá lugar el acoplamiento. Después del cortejo y el acoplamiento sigue la construcción del nido, la puesta de huevos que serán incubados por el padre y la madre que también se alternarán en el cambio de guardia. Cuando las grullas abandonan el grupo se vuelven extremadamente tímidas y suspicaces y se mantienen continuamente alerta.
El macho se ocupa también de los pequeños, que así que nacen y en cuanto se les secan las plumas están ya en condiciones de nadar. Las crías permanecen dos meses junto a sus padres, a los que abandonarán tan pronto como estén en condiciones de volar. La danza puede tener lugar también durante las pausas y en el curso de las migraciones. A menudo es, además, colectiva, altamente coreográfica y, en consecuencia, no siempre tiene características "nupciales". Aparte del período reproductivo, las grullas se alimentan en grupo.
Puede observarse entonces que algunos individuos parecen mantenerse apartados. De hecho, la función que desempeñan consiste en vigilar la zona y dar la alarma ante la proximidad de un peligro. En efecto, a la más mínima señal, todas las grullas huyen y no regresan a aquella zona, una por una, hasta que el peligro se ha alejado definitivamente. Durante las migraciones, las grullas se congregan en grandes bandadas, que vuelan día y noche en formaciones en "V", emitiendo poderosas vocalizaciones cuya finalidad consiste en mantener unido al grupo. Los Gruidos poseen cabeza pequeña, cuello fino y cuerpo fusiforme, con las rémiges más largas que la cola. Si exceptuamos las mayores dimensiones del macho, no existe en estas aves dimorfismo sexual. Su dieta está constituida por semillas y otros vegetales, complementada de vez en cuando con gusanos, insectos y ranas que encuentran en tierra avanzando lentamente, casi con solemnidad.
Como es la danza de las grullas
La familia comprende cinco géneros: Grus, Bugeranus, Anthropoides, Tetrapterix y Baleárica. El primero «s el más importante y comprende no menos de diez especies, de las que sólo nidifica en Europa la grulla común (G. grus). Se parecen a la común la grulla de cuello negro (G. nigricollis) de Asia central y la G. canadensis, del Canadá y de Siberia oriental. Conviene recordar también del género Grus a la grulla americana (G. americana), en la actualidad casi exfinguida, al igual que la grulla encapuchada (G. monachus) del Asia oriental, la grulla de Manchuria (G. japonenesis) y la grulla siberiana (G. leucogeranus). Es caracterísfico el plumaje de la grulla antígona o sarú (G. antigone) del sudeste asiático, que tiene la cabeza de un rojo encendido y el cuerpo gris.
La grulla carunculada (Bugeranus carunculatus), propia de África, mide unos 140 cm de longitud y su plumaje es blanco y gris, con excrecencias de color rojo vivo, recubiertas en parte de plumón blanco, a los lados de la cabeza y flancos de la garganta. La grulla damisela de Numidia (Anthropoides virgo), con sus 95 cm aproximados de longitud, es la representante más pequeña de la familia; vive en el centro-sur de Eurasia y presenta las mejillas, el cuello y la garganta de color negro y dos penachos de plumas blancas. Es parecida la grulla del paraíso (Tetrapterixparadisea), que vive en África, al sur del Sahara, y cuyas plumas rémiges parecen formar una especie de cola. En esa misma zona se encuentra presente también la grulla coronada (Baleárica pavonina), de color gris pizarra, alas y mejillas blancas, rémiges oscuras, cabeza negra brillante, carúnculas rosadas y un penacho dorado en la nuca.
1 comentarios:
Muchas gracias .
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