El nido del albatros viajero

El albatros viajero, con una envergadura alarde más de tres metros es el ave voladora más grande de todas cuantas viven en la actualidad. Esta especie, conocida también como albatros vagabundo como indica su nombre latino (exulans), al igual que todos los demás albatros, anida y pasa una buena parte de su ciclo vital en los mares del hemisferio meridional.

El número de parejas nidificantes actualmente existentes parece oscilar entre las 10000 y las 20000. Una de las colonias de albatros viajeros mejor estudiadas está en Georgia del Sur, tierra insular subantàrtica que alberga como minimo 5 000 parejas nidificantes. Además de Georgia del Sur, entre las islas que dan cobijo a los albatros viajeros pueden citarse las Kerguelen y las Crozet. El nombre de viajero con el que se conoce a esta especie resulta sin duda muy acertado.



En Australia y Nueva Zelanda se han recogido ejemplares anillados en Georgia del Sur, es decir, individuos que hablan recorrido un enorme trayecto, considerando que, antes de llegar a la meta, hablan tenido que sobrevolar las costas antarticas.



Del único huevo puesto, a las seis semanas de iniciada la incubación nace una cria, que será atendida durante un periodo de tiempo muy largo, razón por la cual estos animales crian únicamente cada dos años. Los primeros en llegar al territorio de nidificación son los machos, al iniciarse la primavera austral: generalmente, una vez posados en tierra, permanecen largo tiempo junto al viejo nido, en muchos casos muy deteriorado o casi totalmente destruido.

El significado de la anticipación de los machos se hace evidente cuando aparece la hembra por vez primera. En efecto, antes de poner los huevos acostumbra hacer una visita al nido (raramente dos o tres visitas). Generalmente, los "aterrizajes" no sirven en este periodo más que para satisfacer el deseo de acoplarse, pues si el "marido anterior" no está presente, la hembra se acopla con otro macho.

Cuando llega la hembra, el macho deja de ocuparse de los demás machos e inicia las ceremonias de saludo, consistentes en realidad en exhibiciones reciprocas y sonoros golpes dados con el pico, apertura de las alas y posturas estáticas. Todas estas ceremonias apuntan sobre todo a consolidar los antiguos vínculos que mantienen unida la pareja. En el caso de formación de nuevas parejas, las ceremonias -cuya función es entonces la de reconocimiento individual definitivo — se prolongan durante más tiempo y en su inicio están menos .sincronizadas.



Como es el nido del albatros viajero



El macho se encarga de preparar el nido y permanece en su territorio, mientras la hembra continúa en el mar para hacer acopio de energías. Sólo poco antes de la puesta, la hembra termina el nido con el material ofrecido por el macho. Asi que está terminado, el nido parece una copa hecha de fango, terrones, hierbas y liqúenes, es decir, de todos aquellos materiales que el ambiente desolado de las ventosas y filas islas oceánicas puede ofrecerle. Hasta la puesta del huevo, además del consorte legítimo otros machos rondan a la hembra, ante la que se exhiben y con la cual intentan acoplarse. Una vez ocurrída la puesta, todo el ritual pasa a convertirse en un sistema de reconocimiento simple y eficaz para el "cambio de guardia" entre los dos cónyuges.

Todas estas normas regulan rigidamente el comportamiento de la hembra que, una vez iniciada la incubación, se niega a acoplarse de nuevo. El macho, en cambio, que en conjunto ha gastado menos energías que su consorte, todavía se siente con fuerzas, por lo que dirige su vitalidad hacia otras actividades, entre ellas la de empollar los huevos, debiendo a menudo arrancar del nido por la fuerza a la hembra para sustituirla.

Si un depredador intenta aproximarse al nido mientras el albatros empolla, éste se pone inmediatamente a la defensiva, dispuesto a abalanzarse sobre el intruso, al tiempo que golpea las dos piezas del pico y emite un fuerte ruido, semejante al de las castañuelas.



Los cambios regulares que van produciéndose a lo largo de la incubación tienen lugar por término medio cada 5-6 dias; por consiguiente, como la incubación dura unos 78-79 dias, hay unos 12 turnos. Con la llegada del invierno nace la cria, protegida alternativamente por sus padres.

Mientras uno de los dos se queda con el polluelo, el otro se dirige al mar en busca de alimento para él y para el hijo, que a los 30 días ha alcanzado ya los tres kilos y es demasiado voluminoso para que los adultos sigan cubriéndolo para protegerlo de la intemperie.

Poco a poco van mermando los alimentos y, a pesar de las temperaturas progresivamente más bajas, las crias dejan de ser atendidas. En su nido, el joven albatros viajero queda a merced del frío, del viento, de la lluvia e incluso de la nieve, abasteciéndose sólo con sus reservas de grasa. Una vez agotada ésta y después de casi nueve meses (verdadero récord de permanencia en el nido), se convierte en adulto y, por fin, levanta el vuelo y se aleja mar adentro.

0 comentarios:

Publicar un comentario

 

Design in CSS by TemplateWorld and sponsored by SmashingMagazine
Blogger Template created by Deluxe Templates